En el 58 aniversario de la intervención militar extranjera Efemérides Patrias llama a enarbolar el pensamiento de Juan Pablo Duarte

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Santo Domingo.-La Presidencia de la República, a través de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, recordóhoy 28 de abril, en desagravio, el Día Nacional de la No Agresión contra los Pueblos y la segunda invasión militar norteamericana, motivo por el cual realizó un acto solemne y depósito de ofrenda floral, en el Altar de la Patria.

El emotivo acto patriótico que inició a las 9:30 de la mañana, con la entonación del Himno Nacional y el depósito de rosas blancas en la llama votiva, estuvo encabezado por el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe, así como representantes de las fundaciones patrióticas entre estas el  Comité patriótico Francisco Alberto Caamaño Deñó, la Fundación Amaury Germán Aristy, la Fundación Coronel Juan María Lora Fernández, Fundación Héroes de Constanza Maimón y Estero Hondo, Fundación Coronel Fernández Domínguez, Fundación Próceres de Abril, Fundación Manolo Tavarez Justo y la Fundación de Solidaridad con los Héroes de Abril.

El presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe, al ofrecer el discurso de rigor, señaló que la revolución constitucionalista iniciada el 24 de abril de 1965, que buscaba el retorno a la constitución y al gobierno legítimo derrocado en 1963; la democracia y la justicia social, se convirtió, posteriormente, en guerra patria cuando se produce la intervención militar norteamericana, el 28 de abril de ese año, para abortar los principios patrióticos victoriosos del movimiento cívico militar.

El filósofo y comunicador dijo que: “Una vez más, nos convertimos en la pequeña gran nación de gloria épica singular en el Caribe y América. Este día oprobioso para la soberanía nacional, da origen a la ley 378-09. Día de la No agresión Contra Los Pueblos. La dignidad, el decoro y la valentía del pueblo dominicano otra vez se empinó hasta los cielos orgullosos de la patria, cumpliendo así el mandato del apóstol de la dominicanidad, Juan Pablo Duarte: Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.

Uribe concluyó su discurso afirmando “que contra todo pronóstico pesimista mal intencionado, seguiremos construyendo y afianzando la grandeza material y espiritual del pueblo dominicano, como un mandato inexorable de la historia y de los designios de la divina providencia”.

Luego de terminar el acto protocolar con el  discurso de Juan Pablo Uribe, se puso en circulación el opúsculo del bicentenario de Ulises Francisco Espaillat y finalmente los presentes se dirigieron a las escalinatas del Altar de la Patria, donde entonaron las notas del Himno de la Revolución de Abril de 1965.


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